Carole creció en un hogar en el que se escuchaba de todo, desde Patti Smith hasta Jean Michael Jarre, y esta variedad es la que ha influído, indudablemente en su eclecticismo extremo, del que puede presumir tras los platos. Nada amiga de las etiquetas, no conoce límites a la hora de pinchar, y más que adaptarse al público, es capaz de poner a bailar a cualquiera que pase por delante, sin distinción de lo que esté sonando. Y si no, que se le pregunten al mismísimo Peter Hook, que quedó fascinado con una de sus sesiones en una de sus visitas a la Ciudad Condal. Todos estos años pinchando, han curtido a Carole, que se ve capaz de torear en plazas cada vez más difíciles, consiguiendo llegar a estar en comunión con el público y disfrutando como si fuera uno de ellos en cada una de sus sesiones, canallas, siempre divertidas y nunca exentas de locura. Arriesgar y reinventarse constantemente son las máximas de esta dj, que considera que no hay mejor manera de enloquecer y sorprender al personal que dándole lo que menos se espera. (Texto:www.fadeinoutdjs.com ).