PiL, los abuelos del post-punk, derrocharon calidad y energía en la sala Salamandra

Texto: Ruth García Núñez de Arenas // Fotografías: Cristian Bertolo

No suelo empezar las crónicas de conciertos con imágenes, pero esta vez, mi querido compañero Cristian Bertolo, ha captado con su cámara el rostro vivo de felicidad de John Lydon sobre el escenario de la sala Salamandra y ese mismo gesto fue el compartido por los presentes en el directo de PiL (Public Image Ltd) el pasado sábado 21 de octubre, cortesía de Live Santa Felix, promotora encargada de su gira por España.

Pese a ir al evento bien cansada y trasnochada (la noche del viernes me tocó a mi subirme al escenario, esta vez de Laut, junto a mi compañera Lola Von Dage), algo dentro de mi, esa voz que todos tenemos por ahí escondida, me decía «lo vas a disfrutar», «es una ocasión única». Y así fue.

Vamos a obviar a los teloneros que no me gustaron absolutamente NADA y vamos a centrarnos en la maravilla de concierto que dieron los yayos del post-punk, haciendo gala de una impecable profesionalidad, sonando claros y contundentes e interpretando un repertorio que nos dejó, tanto a mi que no soy especialmente fanática de la banda, como al resto del público, que ansiaba verles en directo de nuevo (la edad media de los asistentes pasaba los 50), con una sonrisa en la cara por sabernos privilegiados al ser presentes de tamaño espectáculo, sin abalorios, sólo hablando con su música.

«Penge», «Albatros», «Being Stupid Again» precedieron a uno de los himnos de la banda, quizás su canción más conocida para los que menos saben de su trayectoria, «This is not a love song». La pista era un hervidero (el concierto no fue por poquito Sold Out) de gente bailando y haciendo intentos de pogo (sí, intentos, ya os he dicho que la edad media del público ya no está para bailar «pegándose» con otros).

Aunque el tiempo pase para todos, la voz de John Lydon no se quebró en ningún momento e hizo alarde de esas florituras líricas que tanto le gustan, así como de su inmensa gesticulación, algo característico de su personalidad extravagante de genio loco. «Poptones», «Death Disco», «The Room I Am In», «Flowers of Romance», «Memories», «Car Chase», «The Body»… suma y sigue y sigue y sigue de canciones que forman parte de la historia viva del post-punk.

Mi cansancio inicial ya ni existía y menos después de encontrarme a un antiguo compañero de profesión, Jorge Ortega de Ruta 66, uno de mis mentores en esto del periodismo musical, profesional al que le debo mención por confiar en mi cuando aún era una veinteañera para colaborar en las publicaciones que él comandaba. Y junto a él disfruté de las tres últimas canciones del concierto, «Public Image» (obviamente tenía que estar), «Open Up» y «Rise». Bravo a Public Image Ltd por conservar su espíritu, su energía y su saber hacer pese a la edad. Y es que, como el buen vino, los buenos músicos crecen cuando suman años y PiL es buen ejemplo de ello. Chapó!