Principe Valiente en Madrid de la mano de Rara Avis & Mysteria
agosto 29, 2017Especial: Kælan Mikla
octubre 2, 2017Texto: Ruth García // Fotos: Raúl Rojo & Gil Simão
Siempre que se emprende un viaje es una aventura, el mero hecho viajar lo es, pero mi particular trayecto a Leiria para acudir a la llamada del festival Entremuralhas comenzó siendo especialmente surrealista, tónica que marcó el resto de mis días en la ciudad portuguesa.
No conocía a mi compañero de trayecto y hotel… y resultó ser una de las grandes sorpresas del encuentro de música oscura, pues ese desconocimiento mutuo se ha tornado en una amistad profunda que se vislumbra imperecedera. Aunque cansados por las más de 6 horas surcando carreteras sinuosas y paisajes tristemente devastados por el fuego, por fin llegamos a Leiria, maravilloso enclave que vigila, desde lo más alto, el castillo donde se celebraría, pocas horas más tarde, el meeting sonoro y cultural.
Los encargados de abrir el festival fueron Ramos Dual y su pupila, Yul Navarro. Él a la batería, derrochando energía, potencia y saber estar. Ella a los sintes, teclados y un bello theremin que tocaba con magia, como una sacerdotisa toca su instrumento de poder. El dueto español conquistó a los presentes y puso el listón más que alto para el resto de bandas, siendo sin duda uno de los descubrimientos más aclamados del Entremuralhas 2017. Bravo.
Tras esta pareja andaluza le tocaba el turno a Bestial Mouths, banda estadounidense afincada en Berlin que lidera Lynette Cerezo, quien hizo gala de su poderosa voz y su actitud performática sobre el escenario. Sin embargo, lo mejor de la noche del jueves 24 de agosto estaba por llegar: Position Parallèle.
Este proyecto minimal synth y tecno pop del francés Geoffroy D (Derniére Volonté), que presentó ante la audiencia su tercer disco, En Garde À Vue, además de incluir en su repertorio clásicos que hicieron bailar hasta la extenuación a los que allí estábamos. Tan acertado fue este live que el último grupo, Pop Dell’Arte, pasó sin pena ni gloria, siendo Geoffroy D el verdadero encargado de poner el broche de oro a la primera jornada del festival. Inconmensurable.
Otro de los aciertos del Entremuralhas es que, tras los conciertos, se abre el club (a escasos metros del hotel en el que me hospedaba) y donde conocí a otra banda de origen francés que, aunque no son estrictamente del “rollo” gótico, sí tienen un estilo y forma de hacer electrónica muy 80’s, Vox Low. Estos cuatro músicos supieron encandilarnos con frescura y temas megabailables, tocados con instrumentos analógicos que dan cuerpo y matiz orgánico a su música. De lo mejor del viernes, segundo día de festival y jornada que comenzó con un enorme artista, Simone Salvatori. El líder de Spiritual Front, ataviado con una guitarra, sedujo con su actitud y su impresionante talento a los que nos arrimamos a disfrutarle en la capilla del Castelo de Leiria, uno de los escenarios más mágicos que he visto nunca.
Fijaos si tiene magia la “Igreja da pena” que allí Carlos Matos, cabeza visible de Fade In, asociación cultural organizadora del encuentro, que ya va por su octava edición, me confirmó que mi móvil dormía sin batería en el club. Sí, horas antes, la noche del jueves, perdí el móvil y la cabeza, aunque nunca la dignidad ni la sonrisa.
Salvatori, al que bien podríamos denominar el Johnny Cash del gótico, dejó el pabellón tan sumamente alto que el dúo post-punk Dear Deer, pasó sin pena ni gloria y con demasiados agudos, bajo mi humilde opinión.
Este “sinsabor” logró diluirlo con magia Bärlin, otro de los descubrimientos del Entremuralhas. El trío francés nos sumergió en un mundo donde el cabaret y los paisajes sonoros tomaban protagonismo. Su cantante y clarinetista, Clément Barbier, se desnudaba en el escenario del Palco Alma, el mejor enclave para esta banda que, por un momento, se inundó de talento, magia y un increíble directo. Sencillamente brutales y sobrecogedores.
In The Nursery, viejos conocidos de la escena electrónica oscura, no me entusiasmaron, quizás por los problemas de sonido con el micrófono de la cantante, y porque después de los citados Bärlin era harto difícil que algún grupo me enamorara de nuevo el viernes. El electro “serrucho” de Perturbator se quedó en eso, en “serrucho”, siendo a mi entender mucho mejores y más divertidos Vox Low, de quienes ya os he hablado (así que no hace falta repetirse).
Vuelta al club, bailes memorables y buen rollo indescriptible hasta bien entrada la mañana del sábado, día de clausura del Entremuralhas 2017, jornada que prometía desde el inicio, ya que Àrnica se encargaban de abrir con su impresionante directo. Llamando a la madre naturaleza, al origen, a la tierra, a la sangre. Hechiceros, dando rienda suelta a un ritual que comienza con la puesta en escena y continúa con una ejecución majestuosa y mística, elevando el folk a lo supranatural. Inigualable el trío español, tanto que Selofan, una de las bandas más aclamadas del line up, me dejaron fría, no consiguieron erizar mi piel ni tocar mi alma sedienta de éxtasis sonoro.
Lo mismo sucedió con Paulo Bragança, especialista en “fados” pero artista que desentonó en la tónica general del festival, a pesar de reconocerle su valor por estar y actuar, ya que fue una inclusión en el cartel que generó no poca controversia entre el público. La melancolía del fado de Bragança fue barrida con certeza y tino por Nicole Sabouné, artista que llenó el escenario del Palco Alma con su voz y su actitud, siendo de las mejores actuaciones de esta edición de Entremuralhas.
Atari Teenage Riot pusieron a los presentes en pie, movieron las masas aunque más que directo podemos hablar de “pregrabado”. Sí, Alec “Ternesco” Empire es un profesional sobre el escenario y sabe agitarte y hacerte bailar, aunque sea de los que tiran de “karaoke”, muy a mi pesar. Front Line Assembly supieron endulzar ese pequeño mal sabor de boca que me había dejado Alec al tirar de demasiada grabación para el live y cerraron este festival que, sin duda, ha sido uno de los mejores de mi vida. Repetiré, seguro, porque merece y mucho.