Magistral recital de OMD en La Riviera

Texto: Ruth G. Núñez de Arenas // Fotografías: Juan Francisco Conesa Camacho

El pasado 16 de marzo Orchestral Manoeuvres In The Dark tocaron en La Riviera. Una semana antes ni siquiera sabía si iba a acudir o no al concierto. Finalmente, los astros se alinearon y allí acudí con ganas de ver, por primera vez, a la banda autora de uno de mis discos preferidos «Architecture & Morality«, joya que poseo en vinilo gracias a otro gran artista, Álex Martín.

Como previa al espectáculo enérgico que ofrecieron OMD pude disfrutar de la selección musical de un gran amigo y mejor productor, David Kano, quien fue el encargado de calentar la sala madrileña a los ingleses. Cuando supe que vendría algunos amigos me plantearon la posibilidad de no ver a los OMD de sus mejores años… ERROR.

El tiempo pasa para todos, eso es obvio, no podemos escapar de él, pero lo cierto es que la vitalidad de Andy McCluskey me dejó perpleja a la par que satisfecha (no hay nada mejor que ver a un artista gozar en un escenario y entregarse al público así, totalmente, con el alma). «Isotype», «Messages», «Tesla Girl»… las canciones se sucedían y la vibración de los presentes no hacía más que crecer, elevarse. Magistral interpretación de uno de los temas de mi vida, «She’s leaving», lagrimita incluida no pude parar cuando escuché los primeros acordes de «Souvenir». Si existe el romanticismo hecho música es este tema.

«Joan of Arc» le seguía y yo me iba dejando llevar más y más. Precioso homenaje a la actriz Louise Brooks con el tema «Pandora’s Box» que sonó espectacular como el resto del recital que dieron Andy McCluskey y Paul Humphreys, acompañados por Stuart Kershaw y por el teclista y saxofonista Martin Cooper. Y por fin llega el megahit, la incombustible «Enola Gay» himno total de OMD, temazo que no tiene edad ni caducidad y al que siguieron «Secret» y «Electricity», otro de los temas más escuchados de esta banda. Ciertamente el concierto fue maravilloso y no sólo porque OMD hicieron sonar a las mil maravillas la sala La Riviera, sino también por la compañía de dos de mis mejores amigas que, junto a mi, se desgañitaron cantando todos y cada uno de los temas de los británicos. Larga vida!!! Y gracias a LiveNation por hacerlo posible 🙂