Mantra industrial, ruidismo divinio

Texto: Ruth García Núñez de Arenas // Fotografías: Albert Carreras

El folio en blanco siempre es un reto para periodistas y escritores, por mucho que hayamos bailado toda nuestra vida con las palabras. A veces con más acierto, sin pisar pies, otras con menos, a contra ritmo. Sin embargo, el folio en blanco provoca en mi la misma sensación con la que acudí el pasado sábado a los directos que organizaba Màgia Roja en Upload Barcelona.

A pesar de que conocía bien a los cabeza de cartel del evento, Esplendor Geométrico, indiscutibles pioneros del industrial patrio, y a Ernesto Avelino, voz y alma de los ya extintos Fasenuova, quien presentaba de nuevo en sociedad (semanas antes lo hizo en El Plumarejo) su proyecto Cachito Turulo, la banda a la que me aproximaba con una mirada nueva e incorrupta fue Dame Area.

Como gata, la curiosidad me es intrínseca, pese a ser también amante acérrima de algunas tradiciones y costumbres. Pupila dilatada, atenta a lo que iba a suceder sobre el escenario de esta mítica sala barcelonesa, lengua ávida por probar un poquito de electrónica industrial, de EBM y de ruido maravilloso y primitivo, comencé a degustar el “menú” Màgia Roja.

Cachito Turulo fue el primero en derrochar energía y electricidad sobre el “stage” catalán. Ernesto tiene un carisma especial. Es de esos artistas de los que no puedes evitar enamorarte cuando hacen lo que aman hacer y lo muestran así, salvajes, sin filtros, en crudo. “Omayomi”, único tema por ahora público de la nueva andadura del asturiano, sonó fuerte y claro, punzante y sí, alegre, festivo.

Horas antes el propio artista me había confesado que venía a “la condal” con muchas ganas de tocar, algo que supo trasladar al público de la manera más honesta y certera que he visto. Inagotable su energía entonando temas que espero pronto vean la luz. Si bien es cierto que Cachito Turulo se aleja de las melodías típicamente Fasenuova, su proyecto en solitario se vislumbra atronador… “es muy serio”.

Y así, serio y potente, es el directo de Dame Area, dúo que me sorprendió gratamente. Silvia Kostance y Viktor L. Crux supieron mantener el “vibe” que se había creado en el encuentro ruidista.

La reunión de apasionados de la música industrial llegó a su punto más álgido con Arturo Lanz y Saverio Evangelista.

La última vez que entrevisté a Arturo describía los directos de Esplendor como meditaciones y no puedo mas que corroborar esa forma de ver lo que generan sobre un escenario. Como si se tratase de dos chamanes, fueron lanzando su mantra primitivo, ritmos que llaman a lo más profundo de cada uno y de todos.

Siendo fieles a sí mismos, Esplendor Geométrico no dejan de buscar huecos para que cada uno de sus directos sea distinto y mejor que el anterior, si cabe. Amor eterno, respeto máximo y admiración total a un grupo que me hace sentir en casa.