Ombra 2022: Inusual & Necesario

Texto: Ruth García Núñez de Arenas // Fotos: Cristina del Barco & Jaime Chinete

La música tiene esa enorme cualidad de hermanar y ser hilo conductor de rituales, desde tiempos ancestrales ha sido herramienta para llamadas a entidades varias dependiendo de las creencias de cada cual. Lo que es innegable es que a través de ella muchos de nosotros encontramos el sentido de la vida, la felicidad suprema, la libertad total y la comunión absoluta, tanto dentro de nosotros como para con los demás. Quizás por eso, por darle el valor que tiene a esa concatenación de notas y melodías que llamamos música y que tanto nos eleva, redime y magnifica, cala tan hondo Ombra Festival.

En esta IV edición si hay algo que todo el mundo sabía y se murmuraba entre dientes y a escondidas, son los inconvenientes que la organización ha tenido para llevar a cabo el esperado encuentro. Como si se tratara de superar pruebas, en modo yincana, los responsables del festival se han visto obligados a improvisar y correr lo indecible para, finalmente, congregarnos en escenarios que ni siquiera la mayoría tenía contemplados.

Algunos con más acierto que otros, en mi humilde opinión – el sonido de la sala Paral-lel 62 (especialmente en el Stage 1, es decir la sala Barts) fue muy insuficiente en muchos momentos. Sé bien que esto no tiene que ver con la organización, sino con el equipo de la sala, pero así fue, no convenció, algo que, si bien es cierto, no volvió a suceder en el resto de venues como Upload e Input -. Afortunadamente la carestía de sonido sólo se hizo latente durante la primera jornada de Ombra y no con todas las bandas a las que pude ver en vivo.

Pero rebobinemos y comencemos por el inicio.

El viernes 25 de noviembre comenzaba con una serie de conferencias en el Antiguo Monasterio de Sant Pau del Camp, una joya arquitectónica en pleno Raval, enclave románico donde se habló del mercado del vinilo, festivales multidisciplinares como Gamma y Grauzone y de Frecuencias Ancestrales, proceso creativo colaborativo de Fran Mora (BEYOND live) y el artista audiovisual Pedro Maia. A pesar de la ausencia de Krishna Goineau (Liaisons Dangereuses), con quien espero dentro de poco poder charlar tranquilamente, esta actividad paralela sirvió de punto de encuentro con otros rostros conocidos de la electrónica nacional como Adrian Marth (Italo Moderni), el propio Nico Cabañas (Oráculo Records y co-fundador de Ombra) y otros muchos nombres amigos.

La tarde-noche se avecinaba fuerte y con ganas llegué a la Paral-lel 62 para disfrutar de Buzz Kull (me fue absolutamente imposible acudir antes y me perdí a Martial Canterel, artista del que ya caté live en Madrid hace algunos años en la sala Rock-Ola).

Buzz Kull es Marc Dwyer o Marcel Whyler, como prefiráis… lo importante es que este músico original de Sydney (Australia) no pudo ser mejor propuesta para iniciar una jornada de viernes donde se sucederían las serendipias y los rostros amigos como Carlos Matos (Fade In – Portugal), Pedro Peñas (Unknown Pleasures Records – Fr – sello en el que milito), Victor-Yann (Swesor Bhrater y mi compañero en Mann of Seasons) y muchos otros artistas que admiro y respeto. Este es uno de los pluses de Ombra, que es lugar de reunión, además del buen ambiente que se respira siempre, vibración que es perpetua, desde el principio hasta el final.

Comienza el baile y me dejo llevar por la energía sobre el escenario del músico australiano (AVANT! Records) Impresionante su directo, tanto que Agent Side Grinder, banda a la que le tenía muchas ganas, me resultaron un tanto flojitos, no por su live en sí, le pusieron ganas y talento les sobra, sino porque el sonido de la sala no estuvo a la altura. Aún así, ya estaba en modo Ombra y mi cuerpo sólo pedía seguir contoneándose. Cierro los ojos y entran en escena Ambassade, de lo mejorcito de esta primera jornada. La maquinaria ya está engrasada y no puede parar. Suenan increíbles los holandeses, profundos, orgánicos, potentes.

Y así mismo lo fue el desfile-perfomance de manos de Zhannaona. Sorprendió y encandiló a partes iguales el talento de esta diseñadora afincada en Barcelona. Asimetrías, oscuridad y recovecos que explotaron minutos después con Chris Shape feat Su Eko sobre el escenario. Energía inagotable la de estos italianos hermanos de sello (Unknown Pleasures Records). Subo, subo, subo y llego al clímax cuando tocan su cover de la enigmática y sensual “Bela Lugosi’s Dead” (track original de Bauhaus). Piel erizada hasta bien entrada la noche, orgasmo sensorial que continué disfrutando… Una retirada a tiempo siempre es una victoria.

Round II: Sábado, 26 de noviembre. El escenario cambia por completo, como si pasáramos de pantalla en un videojuego. Esta noche Ombra se desplaza al Poble Espanyol, tanto a la Sala Upload como a Input (brutal el sonido de ésta última, por cierto, y bastante más que acertado el de la primera). Y a la Upload me dirijo para volver a gozar de la voz de la californiana Lynette Cerezo, líder de Bestial Mouths, a quienes ya pude ver en directo en el portugués Entremuralhas (Leiria). “I am the spell” me introduce de lleno en el intenso concierto. Salivo, me crecen los colmillos y como animal sediento de sangre ajena, me preparo para recibir a una de las bandas sorpresa de esta cuarta edición de Ombra, Days of Sorrow. Directazo mayúsculo. Los alemanes hicieron gala de tablas infinitas sobre el stage, siendo ejemplo de lo que llamaríamos grupo, en toda la inmensidad del significado de esta palabra. Brutales.

De Dormunt a Zurich. Tras recorrer las gélidas callejuelas que separan la sala Upload de Input, me adentro en el live riquísimo y lleno de matices de E.S.P. (Elektronische Sequenz Proleten). No faltan los ritmos rotos y esa parte de la electrónica que no es tan común en festivales como Ombra. Fueron apuesta arriesgada y ganadora. Suena atronador este stage y me alegro profundamente porque sobre él volveré a bailar y sudar con Asymetric80, con quien compartí el escenario de LAUT hará un par de meses, en el evento organizado por Onilab, donde puse el broche final al live de Mynationshit (productor almeriense (Waste Editions/Nuba Fest) que bien merece estar en el festival catalán… ojalá pronto!).

Aymetric80 nos hipnotiza con su electrónica oscura, indiscutible y absoluta. Frenesí en clave de EBM que hace latir toda la sala al mismo beat. No encontré mejor forma de dar por concluida esta segunda jornada de Ombra (Skelesys se movió al domingo y decidí no acudir a la programación nocturna en Razzmatazz por el intensísimo trabajo que me esperaba para poner punto y final al festival). Sonrío cuando pienso que además este directo lo compartí con otro productor catalán y buen amigo, Dark Vektor, y rodeada de bellas amigas y mejores artistas (Catherine Maymo, Xila Ibiza…).

“Lo tengo todo controlado”. Suena el despertador bien temprano, he de prepararme para la sucesión de entrevistas y conversaciones que tenía programada. Y es que esta última jornada de Ombra mas que un domingo de resurrección era un pecado original de propuesta musical interesantísima. Imposible resistirse a ese bocado sonoro y audiovisual que estaba por llegar. Sí, digo audiovisual porque en realidad Ombra es multidisciplinar, otro plus. Las instalaciones de Ripoll, los visuales coordinados por Fausto (Slidemedia), así como la producción y el mensaje que se quiere transmitir con este encuentro queda muy claro, a todos los niveles. Eso es lo que realmente nos une a los allí presentes.

Nota hecha, prosigo con la tercera jornada, especial e interminable jornada. Acabó al día siguiente…amanecer mediante.

Ataviada con un blazer, oro sobre negro, (Bibian Blue), converso con Fausto, con Crash Course In Science, especialmente con su productor, John Wicks, con quien tuve el placer de compartir la sobremesa, café y vino, risas y anécdotas, y con Demiá, Abraxas, artista nacional al que quería entrevistar, ya que hemos trabajado juntos (We Are Not Brothers – Asymmetrical), y me une a él una sólida amistad y admiración. Extenso intercambio de opiniones, diálogos que abordaré con calma, más adelante. Capítulo especial que me reservo, de momento.

Anochece y Skelesys entra en acción. Se esperaba con impaciencia este directo y no defraudó en absoluto. Damian Shilman irradia calidez y profundidad. Te sumerge hasta que irrumpe la tormenta, Curses, compañero de andanzas que al subirse al escenario provoca, seduce y conquista. Luca Venezia se come el escenario. Carisma estratosférico y cuidadísimo su sonido, envolvente y penetrante. Imposible abandonar este lugar. Upload fue mi templo el domingo y allí me entregué a una ceremonia holístico-electrónica.

Llegaba el momento de Crash Course In Science. Huelga recordar su último concierto en Madrid, teloneados por Ruido & Tortura (inmensa Moira), donde disfruté de una formación que a día de hoy ha cambiado (permanecen Michael Zodorozny, fundador, y el anteriormente citado John Wicks. Actualmente cuentan en sus filas con una joven cantante, entregadísima a la causa de estos pioneros). Crash Course no defraudan, clásico tras clásico se metieron al público en el bolsillo, haciendo alarde de experiencia y saber hacer. Suma y sigue. El directo de L.F.T. (Love, Fist, Tears) se intuía grandioso y así fue. Derroche electro. En mi mente mi amado amigo Esteban Alcalde (Vacío Perfecto), que me descubrió a Johannes Haas (os recomiendo a los que estéis por Madrid el 27 de enero, acudir a su directazo, organizado por Aitor Guezuraga (Femur) y All Waves, en Specka).

Necesito aire y al salir me hago consciente de todo lo que me estoy perdiendo en la Input… Lástima no tener el don de la ubicuidad. La coherencia manda y el cansancio va dejándose entrever. Entonces aparece ella, Cristina del Barco, como salida de un extraño cuento, y me retrata cogiendo aire en las escaleras, casi extenuada, pero más viva que nunca. Las imágenes de esta crónica llevan su firma, su objetivo capta la esencia de Ombra y de quien puede presumir de cruzárselo (su retrato es sagaz, afilado y certero). Vuelvo a la pista. Chrome Corps están dando rienda suelta a su lado animal, EBM en estado puro. La breve pero intensa actuación de Abraxas es el broche final a una edición de Ombra Festival que, de nuevo, quedará en mi memoria.